sábado, 21 de junio de 2014

Cruzada contra el uso y abuso del traductor Ladysoft


Desde tiempos remotos en los que Windows messenger era EL medio de comunicación utilizado por un sin fin de usuarios, las jóvenes adolescentes más de una vez  hicimos hicieron uso de una táctica de manipulación contra el hombre tan maquiabélica que sólo los enlaces de Youtube o las imágenes de "Acción poética" en Tumblr pueden hacerle el peso hoy en día... Los subnicks con letras de canciones. Éstas frases, ojalá en negrita y en mayúscula, se utilizaban en el medioevo para hacer caer en cuenta al susodicho de la desesperación que nos embargaba. Y para que lo note más aún, el recurso más efectivo era el de iniciar una y otra vez tu sesión para que el estúpido se diese cuenta de que ahí estabas tu, enojadísima por algo que... el no tenía idea que era. Hoy en lo que a nadie importa: De indirectas y traductor Ladysoft.

Las minas nos complicamos demasiado. Después de una relación más larga que la esperanza del pobre, amiguitos con cover que no dieron la nota para salir de la friendzone y amores que no alcanzaron a ser noticia, haciendo un recuento de mis errores del pasado en materia de hombres me di cuenta de algo hace un tiempo atrás: Las mujeres nos pasamos la vida esperando que el otro venga y haga realidad por si solo nuestros caprichos. Pero como todos sabemos en el mundo real nadie es adivino. Nadie. En volá' tu mamá cuando le preguntas donde es que están tus pantuflas rosadas después de tres horas de búsqueda, pero nadie más. Y respecto al tema, tengo unas cuantas teorías las cuales enumeraré.

1) Y que vengan a ahorcarme si es necesario pero lo diré. El lavado de cerebro de películas weonas como "Bajo la misma estrella" o "Tres metros sobre el cielo". SI, las repudio. Y por la simple razón de que causan en mujeres de poca madurez y baja autoestima el embobarse por hombres que prometen amor eterno de la boca hacia afuera siendo que su frente tiene tatuado el nombre CHANTA. Y se lo creen. Porque repiten frases maqueteadas de películas de alto presupuesto y poco contenido como éstas. (Y que quede claro que no todas las consumidoras de tramas románticas clásicas se tragan la pomada del caballero en armadura moderno pero la mayoría SÍ lo hace).

2) La sociedad en la que vivimos. Desde pequeñas nos enseñan que el uso de eufemismos es la manera correcta de expresar nuestros sentimientos más profundos como también la forma "políticamente correcta" de comunicar lo que nos afecta de manera negativa. Porque es más propio del género femenino el decir "¡Uy, qué rabia! Me duele que digas eso :c" que expresar esa ira incontrolable que emana de lo más profundo de tu ser y decir "¡CÁLLATE CONCHETUMADRE, NO ME VENGAS CON WEAS!". La segunda frase es más sincera, pero de por si irrespetuosa y menos amigable. Aveces siento que es por eso que las mujeres sufrimos de ese molesto "ataque de sinceridad" a la hora de las discusiones en las que le damos vueltas horas y horas al mismo asunto para explicar de manera que se entienda lo mucho que nos afectó una situación puntual. Quizás sería más fácil si resumiéramos todos esos pensamientos en un simple "piensa antes de hablar, maricón".

3) Nuestra naturaleza insegura. Porque cuando se involucran sentimientos se tiene miedo a perder, y cuando no estás segura de ti, eso conlleva a una cadena de monólogos tales como "¿Y si es un desatino de mi parte? ¿Y si prefiere estar solo? ¿Y si no me gusta su respuesta?".

Querida, póngase los pantalones (calzas, vestido, falda, o la wea que esté usando) y como dice mi heroína de novelas brazucas Carmina, SEA MUJER. Si tienes ganas de que el weon se quede un rato más contigo, dilo. Si quieres estar arriba y dominar el cuento a la hora de los kiubo', dilo. Si el caballero notó que esas botas café en la vitrina de Gacel te enamoraron a más no poder y te ofrece comprártelas no importando el monto, no te hagas la humilde y agradécele el gesto. Si el weon no pudiese comprarlas o no estuviese cien por ciento seguro de su decisión, no te las hubiese ofrecido en primer lugar.

Porque eso nos falta a las mujeres que los hombres tienen, ser más decididas y menos enrolladas. Evitemos tanta indirecta para pedir lo que queremos. Si no pueden, quieren o deben, nos van a decir que no y punto, y eso no es el fin del mundo ni tampoco significa que no nos quieren. Tenga en mente señorita que una mujer con la confianza suficiente logra mucho más que la que se contenta con poco. Las calladitas son las peores no por ser más vivarachas, sino por ser más complacientes.

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