domingo, 15 de junio de 2014

Fashion Blogger al peo. Tomo II.

Hoy dejaré de lado el modo "¡Odiar! ¡Odiar! ¡Odiar!" para hablar de un tema de minas 100%.

Primero y antes de cualquier cosa, a mi no me venga con cuentos del tipo "si tiene la personalidad, puede ponerse lo que quiera". TODOS sabemos que no es así y uno debe de aceptar que hay cosas que simplemente por la contextura o estatura que uno tiene no nos quedan y no por eso uno es menos a comparación de otras personas por ser más ancha de caderas o tener menos delantera. Hay que adaptar la ropa a nuestras formas y no el cuerpo a nuestras prendas. Todas somos bellas de distinta forma por lo tanto hay que sacarse partido y no imitar lo que la otra tiene puesto porque a ella le queda bien. Póngase bonita a su manera y destacando las formas que Dios le dio (menos Pavaroti y más Vivaldi me dicen por interno).

Hoy en "Fashion blogger al peo", hablaremos del Animal Print. Sí, leyó bien, ese diseño en ropa y accesorios basado en las manchas de animales salvajes. Para esto, vamos a comenzar por contextualizar. Desde que tuve uso de razón hasta hace unos cinco años atrás consideraba que usar cosas con éste tipo de estampado era realmente de lo más chano que hay. Y entiéndase por chano a "SHulo" como esa gente neo-rich con malos hábitos que chispean los dedos para que alguien se apresure en atenderle solo porque se bajan de una 4x4 enorme (A esa gente le digo: ¡Hacer eso es de lo más punga que hay!).

Volviendo a lo nuestro, siempre hubo una conexión mental entre el concepto animal print con lo flaite para mi. Me recordaba inmediatamente a todo ese grupo de modelos de poca costura y harto escote que se ve en la televisión con la "güena" cartera de marca, la cabellera rubia-platinada (y unas raíces negras que divisas a tres cuadras) y vestidas como árbol de Navidad tapizada en animal print. Como diría la Botota, ¡Paaaaaaaaaaabre!. Y como olvidar a la Tigresa del Oriente, la niña símbolo de esta "cruzada" por ser gatita fiera. Esa vieja hasta el tampón tiene que tenerlo con manchas aleopardadas ¡qué desastre de personaje!

Pero con el pasar de los años, la moda del estampado de animales se adueñó del closet de muchas abarcando un sin fin de diseños, prendas y texturas para el gusto de todo tipo de consumidoras. En ese momento fue cuando entendí que el dicho popular "depende de quien y como se lo ponga" es un hecho. En el caso del animal print es lo mismo. El uso excesivo de estampados y accesorios es lo que hace que se vea tan feo, no el estampado en sí.

¿Ejemplos de esto? Como no recordar las minas que parecen león de circo pobre con vestidos apretadísimos y tan cortos que se les ve incluso los cachetes del poto;  El abuso de accesorios con manchitas que da la impresión que la loca viene de una fiesta de disfraces y arrendó la wea más fea que encontró; Y las rockeras pencas que en vez de verse "wild" de manera sexy llaman la atención porque te dejan con la duda si vienen de regreso de un reality de supervivencia y cacería en la selva.

Señoritas, yo estoy lejos de ser un modelo de moda y buen vestir. De hecho, tengo al menos uno que otro pañuelo y un par de gafas con animal print pero por favor siga mi consejo: No abuse. La idea de los estampados siempre ha sido y será  complementar su vestimenta para darle un toque divertido y sexy, pero no por eso se va a poner todo lo que encuentre con manchas y rayas encima. La idea es verse bella, no ser la copia penca del Tigre Tony.


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